MISO (Pasta de Soja Fermentada): Alimento Medicinal III

Tres tipos de miso: hatcho, genmai y mugi

La pasta de soja fue el principal condimento en China en el año 200 d.C hasta 1600 hasta que fue sustituida por la salsa de soja. Ambas fueron llevadas por los budistas a Japón y allí se le dio el nombre de miso, mi’significa ‘sabor’.
El miso se obtiene por la fermentación de la soja pura o en combinación con el arroz y/cebada y un fermento especial, llamado koji, que aporta dulzura, alcohol, aromas finos y delicadeza. Se prepara cociendo los granos y/o legumbres fermentándolos en cubetas poco profundas con el koji durante varios días hasta que se formen enzimas. El koji resultante se mezcla con granos de soja cocidos y triturados, sal marina y una dosis de un lote anterior de miso. En su elaboración tradicional se deja fermentar y envejecer en barriles durante meses o años. Aquí, es donde se desarrollan las bacterias del ácido láctico, Lactobacillus, Pedicoccus y otras levaduras produciéndose propiedades que ayudan a digerir los alimentos. Todos ya conocemos las propiedades del Lactobacillus como un excelente remedio para recomponer la flora intestinal. Leer más de esta entrada

La Verdad sobre la Mentirosa LECHE de SOJA.

Sí. La llamo mentirosa porque ha sido nombrada como la ‘salvadora’, la ‘sustituta’ de la leche de vaca. Muchos pediatras están recomendando a las madres con bebés intolerantes a la lactosa (azúcar de la leche) o ‘por estar de moda’, sustituir la de vaca por la de soja ya que creen que tiene las mismas propiedades que ésta. Sigue siendo aconsejada a personas adultas con alergias a los lácteos y muchos vegetarianos son adictos a ella.
Pues bien, si nos adentramos un poco más, podremos ver que todo ésto ha ocurrido por un acuerdo entre la industria alimentaria, la industria dietética y la agricultura masiva de soja transgénica. Otra vez, como siempre, nos están tomando el pelo con publicidad engañosa y ganando millones de euros a nuestra costa. Ya habréis comprobado por vosotros mismos que encontramos leche de soja hasta en la misma leche de vaca, soja de todos los colores, soja en todas partes, en los supermercados convencionales y en las herboristerías, muchas de ellas con omega-3, omega-6, vitamina A y todo un surtido de sustancias químicas que nos engatusan poniendo que son minerales y vitaminas naturales. Una falacia más, otra mentira.

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SOPAS CALENTITAS PARA EL ‘DURO INVIERNO’

Sopa de miso con verduras y shiitake.

Hoy al salir a la calle y ver el termómetro, he pensado en vosotros. Con el frío que ha venido nada mejor que unas cuantas recetas de calditos y sopas. Muchas de ellas llevan ingrendientes que puede que algunos no conozcáis o no sepáis sus propiedades. Por eso, comienzo con una breve explicación para que nadie se quede ‘colgado’:
Miso: Soja fermentada. Alcaliniza y depura la sangre; protege de las radiaciones (partículas radioactivas, rayos X) gracias a una sustancia, la cibicolina, que facilita la expulsión del organismo. Hay más de 30 tipos de miso, pero en España sólo conocemos cinco o seis. Existen tres tipos de miso: los que contienen arroz, los de cebada y los de soja.
Tamari: Antiguamente era el líquido para hacer el miso. Se obtiene mediante fermentación de soja, agua y sal marina durante tres años. En los super puedes encontrar muchas salsas de soja fabricadas rápidamente y añadiéndoles glutamato monosódico y azúcar blanco. Son salsas de soja químicas que no tienen ningún tipo de propiedad curativa ni nutritiva. A algunas se les añade agua y más sal para que salga más rentable el negocio industrial. Para distinguir el químico del natural, debemos agitar los frascos hasta formar espuma. Si la espuma baja rápidamente, es químico y si permanece un tiempo, es tamari natural. Leer más de esta entrada