TEMPEH. Alimento Medicinal IV.

Tempeh, soja fermentada de Indonesia.

Hablemos del tempeh, todavía bastante desconocido o poco aceptado por Occidente y considerado un alimento nutritivo y medicinal.
Es proteína fermentada de la soja amarilla, originaria de Indonesia. No es un condimento como la salsa de soja o el miso (soja fermentada) sino un ingrediente principal no salado para cualquier plato.
Se elabora cociendo las semillas de soja enteras, disponiéndolas en capas finas y fermentándolas con el moho Rhizopus oligosporus o oryzae (que también se utilizan en los misos) durante 24 horas a 33ºC. Este moho hace que las semillas se unan y formen fragmentos con sabor, tiene un aroma a levaduras y hongos pero al cocinarlo se desarrolla un sabor a nueces casi carnoso. Su aspecto no es muy agraciado y tiene un sabor que a veces no agrada pero si sabemos cocinarlo bien puede resultarnos riquísimo.
Su proceso de fermentación es corto (la soja no ha sido totalmente cocida) por tanto si queremos beneficiarnos de sus cualidades tanto nutritivas como gustativas debemos cocerlo en agua, cubriendo la mitad del volumen del tempeh para que no se diluya en el líquido, junto con una tira de alga Kombu durante 15-20 minutos a fuego bajo-medio y con tapa. Lo ideal, sería que al finalizar la cocción el agua hubiera desaparecido. Esta misma operación se debe realizar con el tofu, cosa que mucha gente no hace (ya que no lo especifica en el envoltorio). Leer más de esta entrada

MISO (Pasta de Soja Fermentada): Alimento Medicinal III

Tres tipos de miso: hatcho, genmai y mugi

La pasta de soja fue el principal condimento en China en el año 200 d.C hasta 1600 hasta que fue sustituida por la salsa de soja. Ambas fueron llevadas por los budistas a Japón y allí se le dio el nombre de miso, mi’significa ‘sabor’.
El miso se obtiene por la fermentación de la soja pura o en combinación con el arroz y/cebada y un fermento especial, llamado koji, que aporta dulzura, alcohol, aromas finos y delicadeza. Se prepara cociendo los granos y/o legumbres fermentándolos en cubetas poco profundas con el koji durante varios días hasta que se formen enzimas. El koji resultante se mezcla con granos de soja cocidos y triturados, sal marina y una dosis de un lote anterior de miso. En su elaboración tradicional se deja fermentar y envejecer en barriles durante meses o años. Aquí, es donde se desarrollan las bacterias del ácido láctico, Lactobacillus, Pedicoccus y otras levaduras produciéndose propiedades que ayudan a digerir los alimentos. Todos ya conocemos las propiedades del Lactobacillus como un excelente remedio para recomponer la flora intestinal. Leer más de esta entrada

PAN de TRIGO GERMINADO: Alimento Mecidinal II

Panes germinados caseros.

Hoy vamos a hablar de un tipo de ‘pan especial’, ya que no lleva harina, ni sal, ni levadura. Su ingrediente principal y único es el trigo, pero no en grano, sino trigo germinado molido.
Antes de dar la receta casera, por cierto,  muy sencilla, voy a comentar las virtudes del trigo y de este delicioso, dulce y nutritivo pan. Eso sí, debo decir, que con un par de rebanadas estamos más que saciados.
El trigo es el segundo cereal más rico en proteínas, contiene casi todas las sales minerales, numerosos olioelementos y vitaminas. Su grano es bastante indigesto por lo que, la mayoría de veces, se consume en forma de pasta o pan.(Más info en ‘El pan nuestro de cada día…’).
Germinar el trigo produce unas increíbles transformaciones en el grano, por ejemplo, el grano entero tiene 133 mg de magnesio y en cambio, el grano germinado alcanza 342 mg. Leer más de esta entrada

Alimento Medicinal: La UMEBOSHI (Ciruela Japonesa).

Umeboshi con hoja de shiso

Ume significa ciruela y boshi, seca. Por tanto, la umeboshi es una ciruela sin madurar fermentada durante casi dos años. Algunas marcas, para darles sabor y color las conservan con hojas de shiso, una hierba aromática de la menta, exclusiva de Japón. La fermentación con sal y hojas de shiso incrementa su contenido en ácido cítrico, que es utilizado por nuestro cuerpo para descomponer el ácido láctico -que genera fatiga o agujetas-, en dióxido de carbono y agua.
En la Macrobiótica, la Umeboshi se considera un alimento medicinal e imprescindible en la cocina. Su acidez neutraliza el exceso de carnes, sal, huevos (alimentos yan), mientras que su sabor salado neutraliza nuestros excesos de azúcar refinado, zumos (alimentos yin) etc. Por tanto, estimula el intestino, el hígado y la vesícula biliar alcalinizando nuestra sangre y aumentando nuestras defensas.
Tengo que advertir a aquellos que se aventuren a probarla por primera vez, que es muy salada y ácida. Así que al principio, es mejor lavarla con agua fría y tomar una puntita de la ciruela dejándola en la boca hasta que se deshaga. Los macrobióticos las tomande diversas formas: en ayunas si están enfermos o se han excedido en alimentos extremos (proteína animal, frutas, etc); antes de las comidas para estimular la digestión; mezcladas con el arroz o con la verdura o acompañando la proteína animal; para elaborar aliños con aceite de oliva y tamari (salsa de soja); o mezclándolo con kuzu en los procesos gripales y en los trastornos intestinales. Leer más de esta entrada